sábado, 21 de octubre de 2017
El viaje de Two’r Amigos
Asistir a un concierto de Emmanuel y Mijares es ir en un viaje sin retorno, es admirar el paisaje de canciones en la mar de voces, el cielo lleno de estrellas en forma de emociones.
Texto y fotos por Abel Valdez.
Orizaba.- Puedes llamarlo un barco, avión, tren, o incluso carroza, auto deportivo, bicicleta, y por si te da la gana, también caballo. Pero una vez a bordo el viaje no tiene retorno. Así es como se siente “viajar” en el concierto de dos grandes de la música en español: Emmanuel y Mijares, quienes abordaron a miles en su gira “Twor Amigos”.
Son las nueve en punto de la noche y escuchas silbidos, aplausos, gritos, comentarios disparatados. Encuentras de todo y para todos. Pero la noche sigue su propio ritmo y el ánimo no deja de aumentar su intensidad. De pronto, las luces se apagan. Gritos a todo pulmón.
En el escenario del ahora Coliseo Orizaba (antes plaza de toros La Concordia) empiezan a sonar los primeros acordes, sonidos de instrumentos de viento, coros de voces femeninas, luces en diferentes tonos que forman pequeñas galaxias de polvos entre la multitud.
Two'r Amigos.
De inmediato el primer tono te pone a rodar la ardilla para reaccionar con el popurrí Bella señora, y Bella, y como si no lo hubieras previsto justo en la parte central aparecen dos figuras masculinas que tan solo por ver las siluetas, hechas a propósito por lo efectos visuales, sabes quienes son.
Entran victoriosos como astronautas recién llegados de la luna. Emmanuel y Mijares se acercan al escenario y la gente enloquece; debes levantarte de tu asiento para admirar a dos grandes artistas del momento cantar un tema que alguna vez escuchaste en la radio cuando eras adolescente y te encantó. Dos voces hacen un solo talento.
Háblame de ti bella señora
Háblame de ti y de lo que sientes
Háblame de ti y de tus silencios
Háblame de ti y de tus amantes
Y de tus amantes...
Ambos artistas intercambian miradas de complicidad, en eso te puedes dar cuenta porque son un equipo no únicamente entre ellos, sino también con los músicos coristas y las hermosas bailarinas que fue el condimento para el público masculino.
Toco el turno para Manuel Mijares, con temas como “No se murió el amor”, “Corazón salvaje”, “Si me enamoro”, “Que nada nos separe”, “Me acordé de ti”, “Siempre”; en tanto, Emmanuel, deleitó con “Rey azul”, “Tengo”, “Hay que arrimar el alma”, “Solo”, “Pobre diablo”, “Quiero dormir cansado”, “Detenedla ya”.
Emmanuel tiene esa chispa para transmitir su energía en cada canción que arranca suspiros y deja una pausa en las piezas a fin de que el público forme parte del éxito. Cómo se puede decir que treinta años de trayectoria artística no es nada. Es como el mar: se ve el principio, pero no el final.
Y con Mijares es otro asunto. Uno de los consentidos por esa voz imponente y todo el porte del hombre que toda mujer desea: sincero, trabajador, romántico. También con su amigo entonaron canciones que catapultan a la fama...
Si hablan de ti
Mañana mueres
Es otra dimensión, lo juro
Salió del baño de mujeres
Y mi reputación voló
Si hablan de ti
Mañana mueres...
Sientes algo extraño cuando ves a los cantantes sentarse uno junto del otro y esto es imitado por la gente, bajan un poco la euforia para escuchar un mensaje previo a una canción que pondrá a encender la energía.
"Hay que abrirle las puertas del corazón a Dios. Hay que abrirle las puertas del hogar a Dios. No es difícil que Dios venga a nosotros, es difícil que nosotros demos el primer paso adelante, que nos llenamos del mundo de preocupaciones, de dolores, de tristezas, de obligaciones, y de impuestos".
La frase anterior lo dijo Emmanuel con un absoluta sinceridad, viniendo de él, de una persona entregada y agradecida con Dios Padre; “cuando uno dice: ‘Dios mío’, Dios está ahí”, resaltó junto a Mijares quien en un corto silencio tomaron el mismo ritmo para cantar y reforzar su entusiasmo ante el cariño de sus admiradores.
La sección acústica se formó con temas como “Con olor a hierba”, “El breve espacio”, de Emmanuel; mientras que “Al final”, “No hace falta”, fue a cargo de Mijares. Después, el tema “Tengo mucho que aprender de ti” fue interpretado por ambos.
También “La vida caminaba sola”, “Sentirme vivo”.
Los gritos aumentaron cuando Emmanuel y Mijares empezaron a alzar las manos en señal de despedida. Las luces se apagaron, pero solo fue el principio del final.
Inmediatamente apareció Mijares en el escenario para deleitar a la gente con el tema “Para amarnos más”, así como también “El privilegio de amar” cuyo tema fue recordado en los coros por tratarse de una pieza clave en la vida del cantante, no solo recuerda a un gran viejo amor en su vida, también hace remembranza a nunca olvidar a Dios Nuestro Señor. Sin embargo, no olvidó el tema “Uno entre mil”.
Minutos más tarde te das cuenta de que Mijares no está solo. Aparece en el escenario Emmanuel para cantar a dúo “Tú y yo” y “El rey de la noche”.
Otra vez las luces pierden brillo como luciérnagas perdiéndose en el crepúsculo. Es otro aviso.
Vuelve a resplandecer el escenario para dar la oportunidad a Emmanuel de despedirse con el tema “Chica de humo”; la gente no solo disfruta, también baila y canta ante su ídolo musical quien dibuja una sonrisa al escuchar el eco de los orizabeños por todo el lugar.
Aunado a lo anterior, “La última luna” se acopló perfecto al ritmo de la canción anterior, para que al final del evento volviera a salir al escenario Mijares para el tema “Toda la vida”, éxito e himno en la vida de millones de mexicanos y latinos. Unidos en una sola voz no pierdes el momento de unirte como lo hiciste desde el principio. Bailaste y coreaste sin importar quien te viera o escuchara, disfrutaste el momento único, quien sabe irrepetible. El viaje no termina nunca. Las luces se volvieron a escapar, el talento brilla todavía más.
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